domingo, 20 de enero de 2013

EDUCACIÓN ALIMENTARIA POSITIVA

Mejorar la alimentación es mejorar nuestra nutrición y eso significa ganar salud y bienestar. Cuanto antes empecemos con unos buenos hábitos, mejores serán los resultados en el futuro. En la infancia los requerimientos nutricionales son muy exigentes y es necesario que todos queden cubiertos para garantizar un correcto crecimiento. Pero además, cuanto antes enseñemos a los niños a comer bien, mejor salud tendrán en su infancia, y también en la adolescencia y en la edad adulta. Los beneficios se acumulan, por tanto vale la pena invertir en salud!

Actualmente algunos problemas de salud que eran típicos de los adultos, como la diabetes, la hipercolesterolemia, etc, se manifiestan también en niños. Las cifras de sobrepeso y obesidad crecen de forma alarmante, en España 1 de cada 3 niños tiene problemas de exceso de peso. Este es un indicador de que las campañas de salud y la tarea educativa e informativa aún no son suficientes, y hay que hacer algo más.

El estrés y el ritmo de vida actual nos lo pone difícil pues nos falta tiempo para muchas cosas. Pero aún así, todos y cada uno de nosotros tiene en sus manos el poder de mejorar su alimentación y la de sus niños. En general, si es posible, es recomendable mantener la lactancia materna hasta los seis meses, después llevar a cabo una introducción pautada y progresiva de los alimentos, hasta conseguir que los pequeños coman de todo. Cuanto más variada sea su alimentación, más aseguramos que reciban todos los nutrientes que necesitan y en la cantidad correcta. También es muy importante que tomen los alimentos con una frecuencia adecuada, por ejemplo los cereales y derivados, frutas y verduras a diario, las legumbres, carnes y el pescado alguna vez en semana, y los dulces o snacks tan sólo ocasionalmente (alguna vez al mes o menos).

Para educar en buenos hábitos alimentarios debemos trabajar muchos aspectos, no es suficiente con enseñar a comer, también es necesario enseñar a ayudar (a su manera) en la compra, al poner la mesa, al elaborar las recetas, etc. Los niños deben conocer al máximo todos los aspectos que están relacionados con los alimentos. Y para que todo esto no sea una ardua tarea, debemos también disponer de recursos prácticos para que la elaboración de comidas y cenas saludables no sea un factor más que contribuya a nuestro estrés. Una buena programación del menú semanal, nos facilitará la compra y nos ahorrará tiempo a la hora de elaborar los platos. Además, hay muchas recetas sencillas que nos permiten preparar verduras, legumbres, pescado, etc, de maneras distintas y de forma atractiva para los niños (y también para los mayores!).

Sin duda, la transmisión de sensaciones positivas respecto a la alimentación y de unos buenos hábitos desde la infancia contribuirá a niños felices, adolescentes vitales y adultos más sanos, QUE DISFRUTARAN DE LOS ALIMENTOS MÁS SALUDABLES!

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