viernes, 25 de marzo de 2011

... Y LLEGÓ LA PRIMAVERA


¿Cómo ganar nutrición en primavera?
Este es un momento de cambios, los días son más largos, las temperaturas suben y son variables, la naturaleza florece y renace, y nosotros?

Nuestro organismo sale del duro invierno y necesita adaptarse a toda esta situación. Una de las mejores formas de ayudar a nuestro cuerpo a estar al 100% es "abonarlo" un poco, es decir, aportarle TODOS los nutrientes necesarios para su funcionamiento. ¿Cómo? Es bien fácil. Los nutrientes los encontramos en los alimentos y por tanto si mejoramos un poquito la alimentación, estaremos enriqueciendo nuestra dieta.

Sigue estos tres consejos:

*Pon más fruta a tu rutina: en el almuerzo de media mañana o en la merienda añade una pieza de fruta. Si no estás acostumbrado a ello, inténtalo primero con piezas pequeñas y fáciles de tomar (un plátano, tres o cuatro fresas, una manzana pequeña, etc).

*Añade un puñadito de nueces algún día a la semana: en la ensalada, con el yogur o con la fruta de media mañana o media tarde, con el desayuno, etc...

*Toma un poquito más de agua: la hidratación es importante!

Ah! y un truco para enriquecer de nutrientes tus ensaladas, añade un poquito de sésamo tostado, le da un toque fantástico!

jueves, 10 de marzo de 2011

¿Cómo comemos los españoles?

En este enlace encontraréis información interesante. Probablemente nos sintamos identificados en algunos de los errores alimentarios que se comentan, por eso podemos prestar atención a las recomendaciones finales para mejorar nuestra alimentación:

Aumentar el consumo de cereales, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, de los cuales se ingieren menos raciones que las recomendadas.

Moderar el consumo de los azúcares, ya que una ingesta elevada puede favorecer el sobrepeso, la obesidad y la caries dental.

Moderar el consumo de carnes grasas, embutidos y bollería, para disminuir la ingesta de grasas saturadas y reducir el nivel de colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Mantener una adecuada hidratación mediante el consumo de agua, infusiones, zumos de fruta, caldos, etc.

Practicar diariamente ejercicio físico moderado y ajustar la ingesta de alimentos de acuerdo al nivel de actividad habitual.