jueves, 25 de septiembre de 2014

ME GUSTA COMER BIEN

Comemos, bebemos y dormimos para poder seguir vivos un día tras otro, pero detrás de esas acciones tan vitales también hay un objetivo de placer. El placer de una buena receta en la mesa, el de un trago de agua fresca en el calor del verano y el de una siesta después de un madrugón. Aunque comemos, bebemos y dormimos para vivir, el regalo de la vida es que atender a nuestras necesidades fisiológicas además nos proporciona emociones positivas y de bienestar. Por eso cuidarse es realmente placentero.

Y esta reflexión la hago por necesaria y urgente. Nuestro contexto es muy antinatural. Sí, lo es. La mayoría de nosotros estamos lejos del contacto diario con la naturaleza, no tenemos suficiente espacio vital, nos falta tiempo para muchas cosas, estamos estresados, dormimos poco y mal y comemos cualquier cosa con demasiada frecuencia. Además, nos hemos alejado del sentido común y de las sensaciones naturales que deberían guiarnos como el hambre, el sueño, etc. Nos alejamos y no las tenemos en cuenta. El hambre genuina se confunde con el hambre por ansiedad que nos hace ingerir alimentos demasiado calóricos y dulces para obtener una “falsa recompensa” de forma rápida. El hambre se ha desvirtuado y en muchas ocasiones no sabemos escuchar a nuestro cuerpo y escogemos alimentos que no aportan riqueza nutricional aunque sí un buen puñado de calorías extras, que después no vamos a poder gastar pues no tendremos tiempo de dar un largo paseo de dos horas o de hacer una hora de bicicleta. Y al comer mal y a la falta de actividad física se le suma el factor sueño… El sueño parece que no nos importa, pues tenemos mil cosas que hacer y nos ayudamos de los cafés que hagan falta para superar el día y por la noche no podemos dormir del estrés acumulado, dormimos pocas horas, y el ciclo se repite día tras día. En esta dinámica es imposible sentir el placer del bienestar, la recompensa de cuidarse no existe.

Pero quiero ir a lo positivo en esta nota:

Me gusta comer bien”. Esta podría ser una buena tendencia de moda que nos llevaría a alcanzar una parte de la recompensa del bienestar. Hay quien disfruta comiendo “comida basura” y en el otro extremo están las personas que se prohíben disfrutar de la comida por si acaso eso también engordara… Entre estos dos extremos entre los que “no se cuidan” y los que “supuestamente se cuidan” hay un término medio. Ese es el que os propongo “disfrutad comiendo bien”. 

Dicen que en el equilibrio está la virtud. Y esta frase cobra para mí un sentido extraordinario cuando hablamos de salud y especialmente de nutrición. Somos animales omnívoros, y eso significa que comemos de muchos tipos de alimentos para obtener todos los nutrientes que nuestro organismo necesita para funcionar. Nuestro cuerpo es un vehículo de vida, es la máquina en la que residimos durante los años que nos tocan pasar por este mundo. Como máquina es increíblemente perfecta. También es complicada y por ello necesita muchos tipos de piezas distintas que sólo obtendremos de una alimentación variada y equilibrada. Pensad en un juego de piezas de construcción, pensad en que queréis hacer un modelo de casita determinado, pensad si podréis hacerla si os faltan algunos tipos específicos de piezas… Con empeño la podréis construir pero tendrá huecos y no será sólida. Haced el paralelismo con nuestro cuerpo, las piezas de construcción son los nutrientes que nos aportan los alimentos.

La conclusión, “disfrutad comiendo bien” con frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, semillas, huevos, carnes, pescados, lácteos… todos cocinados de mil maneras con recetas ricas. Así, ganaréis NUTRICIÓN, salud y además el PLACER del BIENESTAR. Como todo en la vida esto también se aprende y también se puede enseñar. Aplicadlo a vuestro día a día y transmitidlo a los más pequeños, para nuestros niños este es un regalo para siempre.

Y esto es Gana Nutrición, un proyecto que, ante todo, quiere divulgar y compartir que COMER BIEN es bueno para todos los SENTIDOS  :)

Dra. Laura I. Arranz
Fundadora de Gana Nutrición
Decidí dedicar parte de mi vida a la divulgación desde la primera clase de nutrición que recibí en la Universidad
@GanaNutricion
@LauraIArranz

viernes, 12 de septiembre de 2014

CON LA VUELTA AL DESPACHO Y AL COLE... ¿QUE NO SE NOS OLVIDE EL DESAYUNO!

Muchas veces no somos conscientes de la importancia de ciertos aspectos simplemente por lo cotidianos que son. Pero, ¿a que cuando se nos acaba el detergente sabemos que debemos comprar más?, ¿o que no se nos olvida llenar el depósito del coche cuando se está quedando sin combustible?... Entonces, ¿por qué al despertarnos no siempre desayunamos? 

Lo mismo que sucede en el caso del coche que se está quedando sin combustible pasa con nuestro organismo después de tantas horas sin comer (mientras dormimos): necesita reponer nutrientes que ha ido consumiendo constantemente. El desayuno es muy importante para el rendimiento a lo largo del día, tanto de los más mayores como de los más peques de casa, pero resulta aún más primordial en los niños ya que por estar en etapa de crecimiento el recambio y necesidades de nutrientes son aún mayores. Omitir el desayuno supone una ingesta menor de nutrientes que es dificil compensar con el resto de las comidas. Asimismo, la etapa escolar es un pilar en la consolidación de los hábitos alimentarios saludables y de actividad física, y la familia se convierte en la principal referencia de alimentación en los niños. Es por ello que resulta importante la educación alimentaria que se ofrece en casa y la manera en que se hace: una actitud demasiado autoritaria o demasiado permisiva puede llevar a establecer futuras conductas restrictivas en la alimentación. 

El contexto nos condiciona... 

Puede que alguno se haya quedado prácticamente tirado en mitad de algún sitio por no llenar antes el depósito del coche, pero son muchos más los casos de personas que olvidan o dejan de desayunar a diario. Es cierto que el ritmo de vida actual nos exige tiempo para muchas tareas y los horarios muchas veces no ayudan, pero… ¿a que nos tomamos nuestro tiempo para vestirnos antes de salir de casa?, ¿por qué no hacemos lo mismo con el desayuno?, ¿tanto cuestan al menos 10-15 minutos de tiempo?... ¡Cuánta pereza nos da!... Si muchas veces buscamos mil y una recetas para ganar en salud, ¿por qué no empezamos con algo tan sencillo y que empieza a primera hora del día y que nos dará mucha energía?

Obviamente, es importante procurar que nuestro desayuno sea lo bastante completo incorporando por lo menos cereales o pan, alguna pieza de fruta sencilla de comer, y algún lácteo, de manera que nos pueda mantener activos en nuestras tareas y también saciados hasta la siguiente comida que hagamos. También podemos repartir los elementos del desayuno en dos tomas, la primera antes de salir de casa y la segunda a media mañana (la pieza de fruta por ejemplo si no la hemos tomado).
 
Regalaos ese momento para empezar bien el día y, en el caso de los papás y mamás, no se vale niños comisqueando algo del camino al cole!!! Dedicad unos minutos de vuestro tiempo a compartir esta comida con vuestros hijos para que vayan adquiriendo este hábito, ya que como bien dice el refrán “predicar con el ejemplo es el mejor argumento” ;)

Ilustración por Toni Tèrmens. Què hi ha per a sopar? La Patumaire Edicions, 2011.


Jonathan Hernández
Dietista-Nutricionista