La cocina
y las recetas están en la cresta de la ola, nos interesan, nos
apasionan y nos encanta preparar platos para comer bien y de forma
creativa. Para ello la materia prima son los alimentos sin procesar,
verduras, hortalizas, legumbres, carnes, pescados, pasta, arroz,
frutos secos... Está muy bien!
Pero,
¿qué pasa cuando vamos a comprar? Aquí empieza la historia del
mundo al revés.
Érase
una vez el mundo al revés… donde las frutas y las verduras ya no
eran las favoritas, donde las legumbres quedaron en el olvido, donde
el pan del día integral era sólo para algunos, donde los frutos
secos perdieron su valor y donde el huevo parecía que llevaba el
marcado demoníaco 666 por contener colesterol… S.O.S...
En las
cestas de la compra predominan los alimentos procesados que cada vez
nos ofrecen más opciones y más sofisticación. Es alucinante!
Yogures y postres 0%, cereales con mil y una vitaminas, leche con
calcio, vitamina D y hasta con fibra, galletas con ingredientes que
“deboran la grasa”, huevos con omega-3 o de gallinas que están
al aire libre, aunque no siempre nos queda claro si dentro de una
jaula o no... Hay tantas opciones que el momento de decidir qué
comprar cada vez es más complicado y además la publicidad también
juega un papel importante en todo esto.
Todos los
alimentos tienen su lugar en nuestra dieta, y todas estas opciones
sofisticadas en alguna ocasión también, pero no olvidemos ciertos
detalles:
*La
principal fuente natural de vitaminas, minerales y fibra son las
verduras, las frutas, las legumbres, los cereales integrales y los
frutos secos.
*El
calcio no está sólo en la leche, también lo tomamos con frutos
secos, algunas semillas, verduras de hoja verde, el pescado (pequeño
y con espina tipo sardinas y boquerones), y otros lácteos como el
yogur.
*Hablando
del yogur, las opciones 0% de grasa están bien para quien está
siguiendo una dieta estricta pues necesita perder peso, pero en
realidad la cantidad de grasa de un yogur convencional tampoco es tan
elevada, está alrededor de un 3%, con lo que no hay tanta
diferencia. Tampoco hay tantas diferencias a nivel de calorías...
*Otros
productos 0%. Es necesario fijarse en todo, pueden ser cero en
grasas, pero también importa los azúcares y las calorías totales
que tengan, así que busca y compara.
*Los
huevos con omega-3... son el resultado de gallinas que han sido
alimentadas con piensos especialmente ricos en este tipo de grasas.
Si tomamos dos veces en semana pescado azul y frutos secos de forma
habitual, esta opción pierde su sentido, excepto para casos muy
particulares de personas que por alergias u otras razones no puedan
tomar estos alimentos.
*Huevos
con mil y un mensajes e imágenes campestres sobre cómo se han
alimentado o criado las gallinas, cuando lo único que importa en
este sentido es el marcado que llevan impreso, concretamente el
primer dígito: 0 = huevos ecológicos, 1 = huevos de gallinas
criadas al aire libre y con espacio para moverse, 2 = huevos de
gallinas criadas en jaulas que están en el suelo, 3 = huevos de
gallinas criadas en producción masiva (jaulas pequeñas, sin
movilidad y unas encima de otras).
Parece
que estemos en el mundo alrevés, donde los nutrientes saludables que
muchos alimentos tienen de forma natural se incorporan, como gran
valor nutricional, a alimentos procesados que, en ocasiones, son
ricos en grasas saturadas, colesterol o azúcares. Y, ¿qué
deberíamos hacer? De momento, no perder el sentido común, dejar que
en nuestra dieta predominen las fuentes naturales de nutrientes, y a
la hora de comprar, buscar, leer etiquetas y comparar.
Quizás
es momento de pensar en marketing del bueno también para algunos
alimentos como las verduras, las frutas, las legumbres, los frutos
secos, el pescado... ¿por qué no? :)