No es
la primera vez que hablamos sobre este tema. El estrés está muy
relacionado con nuestra salud, nuestro bienestar y también con
nuestra alimentación. Seguro que has notado que cuando estás
estresado tienes apetencia por determinados alimentos, generalmente
los dulces, o simplemente tienes más apetito. Y es que el estrés
afecta en muchísimos niveles a las funciones de nuestro organismo.
En el blog de XTRESIA
hemos encontrado contenido muy interesante sobre este tema que aquí
retomamos!
A menudo se habla
de las causas y síntomas del estrés, pues es importante
identificarlo y saber cómo evitarlo, pero se habla menos sobre
cuáles pueden ser las consecuencias a largo plazo en nuestra salud
tanto física como mental. Y es que el estrés crónico es algo que
requiere ser tomado muy en serio.
Cuando alguien se
encuentra en una situación que le produce estrés, se genera una
respuesta en el hipotálamo que inicia el sistema de alarma en el
cuerpo, a través del sistema nervioso y hormonas como la adrenalina
y el cortisol. La adrenalina provoca el aumento del ritmo cardíaco y
de la presión arterial y el cortisol favorece la producción de
glucosa en la sangre, altera las respuestas del sistema inmunitario,
digestivo, reproductor y los procesos de crecimiento. Todo esto para
favorecer al organismo una conducta de huída, ante peligros como la
presencia de un animal peligroso, una tormenta inminente que nos coge
desprevenidos, el posible ataque violento de otra persona, etc. Es un
mecanismo de defensa ante posibles peligros que a día de hoy no
tiene mucho sentido.
En nuestro
contexto nos encontramos ante otras situaciones para las que el
cuerpo genera esa respuesta que no aporta una solución real. De nada
sirve salir literalmente corriendo ante un estrés por exámenes, por
exceso de trabajo, por una discusión de pareja o por llegar tarde a una cita importante. Todo esto nos puede generar estrés puntual pero si estas circunstancias se repiten a menudo, con el tiempo pueden producirse alteraciones a nivel en el sistema nervioso, en el
metabolismo, en el sistema inmunitario e incluso en nuestra
microbiota (flora intestinal).
Así, las principales consecuencias del estrés pueden llegar a ser:
- Obesidad y sobrepeso: el estrés lleva a comer con ansiedad, más deprisa y además alimentos más energéticos, con lo que al final se toman más calorías. Además el cortisol generado por el estrés favorece la acumulación de grasas en el cuerpo.
- Pérdida del cabello: es una de las consecuencias del estrés más frecuentes, ya que se presenta por el debilitamiento de los folículos pilosos .
- Depresión: muchas personas que se encuentran en situaciones de estrés repetidas y duraderas, pueden acabar con este problema que sin duda afecta a muchos ámbitos de la vida.
- Reducción del deseo sexual: al aumentar la producción de cortisol, baja la generación de las hormonas que alimentan la libido.
- Menstruación irregular: el estrés crónico tiene efectos negativos en equilibrio hormonal del cuerpo provocando retraso, periodos más cortos e incluso durante un tiempo ausencia de menstruación.
- Acné: los altos niveles de cortisol que se generan por el estrés aumentan la producción de aceites o grasas corporales, lo que contribuye a la aparición de granos.
- Afecciones digestivas: el estrés afecta el sistema digestivo, cuyo funcionamiento se vuelve irregular y además puede llevar al desarrollo de úlceras, digestiones pesadas, sensación de hinchazón, e incluso alteraciones intestinales.
- Insomnio: muchas personas padecen de falta de sueño y descanso como consecuencia del estrés ya que la alteración del sistema nervioso genera un estado de irritabilidad y nos lleva a una situación de hiperalerta que impide que nos relajemos. Y para colmo, dormir mal genera más estrés.
- Disminución de fertilidad: algunas investigaciones revelan que las mujeres con altos niveles de estrés tienen un menor porcentaje de probabilidades de quedarse embarazadas.
- Enfermedades cardíacas: las alteraciones del ritmo cardíaco y de la presión arterial debidas a situaciones de estrés, equivale en porcentaje a fumar cinco cigarrillos por día, ya que la tensión aumenta el nivel de hormonas en la sangre.
Es importante que identifiques los factores que en tu día a día
pueden estar provocando estrés y que te cuides siempre. Es básico
una alimentación sana y equilibrada, una buena pauta de descanso
nocturno, tiempo para la relajación y la desconexión, e incluso, en
ocasiones, algún producto
natural que te pueda ayudar.
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