Todos sabemos que comer
demasiado de según qué alimentos puede ser contraproducente para
nuestra salud y para nuestro peso corporal. Si pensamos en cuidarnos,
seguramente nos vienen a la cabeza ideas como no pasarnos de las
calorías que necesitamos, no comer alimentos demasiado ricos en
grasas o azúcares y tomar cada día frutas y verduras. Y realmente
detrás de todo esto hay una explicación que seguro os motivará
para mejorar vuestra alimentación y también la de vuestros hijos o
incluso la de vuestros clientes si sois un restaurante.
Si os regalasen una planta de esas que hay que regar muy poquito, seguro que no se os ocurriría echarle una botella de agua cada día. O si cultivarais un huerto, seguro que procuraríais tener un terreno rico en nutrientes o lo abonaríais para que vuestros tomatitos salieran estupendos. Todo esto es evidente. Sin embargo, estas evidencias a veces no son tales cuando se refiere a nuestra salud, o por lo menos no las aplicamos tanto. Nuestro cuerpo es muy complejo y en nuestros platos debe haber una multitud de sustancias y elementos para que pueda funcionar correctamente, es decir, para que nos encontremos bien y llenos de vitalidad.
Debemos tomar hidratos de
carbono, proteínas, algo de grasas, muchas vitaminas y minerales y
también otras sustancias como la fibra y los antioxidantes que,
curiosamente, se encuentran solo en los alimentos vegetales. Si
comemos equilibrado y sobre todo variado podemos conseguir todos
estos elementos imprescindibles.
Pues bien, pasemos un
poco de la teoría a la práctica. ¿Cómo podemos añadir densidad
nutricional a nuestra dieta sin pasarnos de calorías? Imaginad por
ejemplo que estáis preparando un bocadillo para un almuerzo o una
merienda. Para hacerlo más saludable podemos hacer varias cosas: una
por ejemplo utilizar pan integral o pan de centeno ya que así tendrá
más fibra, otra sería escoger un pan de nueces que aportará además
el omega-3 de los frutos secos, y otra sería añadiendo pan rallado
y aceite de oliva virgen extra para incorporar más vitaminas y
antioxidantes.
Y, ¿sabéis qué? Lo mejor es que, además de mejorar nutricionalmente, estará más bueno.
Y, ¿sabéis qué? Lo mejor es que, además de mejorar nutricionalmente, estará más bueno.
Con unas comparativas también lo veremos rápido. Un dulce tipo “donut” tiene
más calorías que 300 gramos de uvas, un puñadito de gominolas
tienen las mismas calorías que un buen bol de fruta fresca, y una
simple bolsita de patatas chips o snacks similares también es más
calórico que un generoso puñado de frutos secos. Entonces, ¿qué
nos merece más la pena comer? Está muy claro sabiendo que las
primeras opciones de estos ejemplos tienen poco más que calorías,
grasas y azúcares, pero que las segundas están llenas de vitaminas,
minerales, antioxidantes, fibras, etc. Es por eso que no solo
importante las calorías que tomamos sino de qué alimentos
provienen.
Y un método
rápido para saber si un plato, una comida o una dieta son ricas en
nutrientes, es fijarse en cuantos alimentos no procesados de
diferentes colores tomamos.
Laura Isabel
Arranz
@LauraIArranz
No hay comentarios:
Publicar un comentario