viernes, 4 de diciembre de 2015

¿SON TODAS LAS CALORÍAS IGUALES?

Todos sabemos que comer demasiado de según qué alimentos puede ser contraproducente para nuestra salud y para nuestro peso corporal. Si pensamos en cuidarnos, seguramente nos vienen a la cabeza ideas como no pasarnos de las calorías que necesitamos, no comer alimentos demasiado ricos en grasas o azúcares y tomar cada día frutas y verduras. Y realmente detrás de todo esto hay una explicación que seguro os motivará para mejorar vuestra alimentación y también la de vuestros hijos o incluso la de vuestros clientes si sois un restaurante.

Si os regalasen una planta de esas que hay que regar muy poquito, seguro que no se os ocurriría echarle una botella de agua cada día. O si cultivarais un huerto, seguro que procuraríais tener un terreno rico en nutrientes o lo abonaríais para que vuestros tomatitos salieran estupendos. Todo esto es evidente. Sin embargo, estas evidencias a veces no son tales cuando se refiere a nuestra salud, o por lo menos no las aplicamos tanto. Nuestro cuerpo es muy complejo y en nuestros platos debe haber una multitud de sustancias y elementos para que pueda funcionar correctamente, es decir, para que nos encontremos bien y llenos de vitalidad. 

Debemos tomar hidratos de carbono, proteínas, algo de grasas, muchas vitaminas y minerales y también otras sustancias como la fibra y los antioxidantes que, curiosamente, se encuentran solo en los alimentos vegetales. Si comemos equilibrado y sobre todo variado podemos conseguir todos estos elementos imprescindibles. 

Pues bien, pasemos un poco de la teoría a la práctica. ¿Cómo podemos añadir densidad nutricional a nuestra dieta sin pasarnos de calorías? Imaginad por ejemplo que estáis preparando un bocadillo para un almuerzo o una merienda. Para hacerlo más saludable podemos hacer varias cosas: una por ejemplo utilizar pan integral o pan de centeno ya que así tendrá más fibra, otra sería escoger un pan de nueces que aportará además el omega-3 de los frutos secos, y otra sería añadiendo pan rallado y aceite de oliva virgen extra para incorporar más vitaminas y antioxidantes.

Y, ¿sabéis qué? Lo mejor es que, además de mejorar nutricionalmente, estará más bueno. 

 Con unas comparativas también lo veremos rápido. Un dulce tipo “donut” tiene más calorías que 300 gramos de uvas, un puñadito de gominolas tienen las mismas calorías que un buen bol de fruta fresca, y una simple bolsita de patatas chips o snacks similares también es más calórico que un generoso puñado de frutos secos. Entonces, ¿qué nos merece más la pena comer? Está muy claro sabiendo que las primeras opciones de estos ejemplos tienen poco más que calorías, grasas y azúcares, pero que las segundas están llenas de vitaminas, minerales, antioxidantes, fibras, etc. Es por eso que no solo importante las calorías que tomamos sino de qué alimentos provienen. 

Y un método rápido para saber si un plato, una comida o una dieta son ricas en nutrientes, es fijarse en cuantos alimentos no procesados de diferentes colores tomamos.

Laura Isabel Arranz
@LauraIArranz

No hay comentarios: